El Agente Púrpura

Los alemanes de Hitler habían traído un nuevo gas nervioso para probarlo en combate en la guerra civil española. Lo llamaron el Agente Púrpura, por el color de los vapores que producía. Franco se opuso finalmente a que lo utilizaran, porque nadie fue capaz de garantizarle cuáles serían sus efectos secundarios.  Los alemanes sólo habían hecho pruebas del gas en el laboratorio; desconocían sus efectos y su comportamiento en campo abierto y en dosis masivas. La guerra civil española iba a ser un campo de entrenamiento para la guerra mundial, y, tras la negativa de Franco, los alemanes ni siquiera lo llevaron de vuelta a Alemania, sino que lo dejaron abandonado en el sótano secreto de un almacén en el edificio del parque móvil de ministros, en Zaragoza. Ahora, setenta años después, se ha iniciado una importante guerra bacteriológica causada por el ya conocido y peligroso Agente Púrpura por parte de los alemanes. Se sabe que este gas podría tener fatales consecuencias para la humanidad en general, ya que causa graves alucinaciones y/o trastornos psicológicos a todo aquél que lo inhala.